Immanuel Kant

Immanuel Kant fue un filósofo alemán considerado uno de los más influyentes pensadores de la Europa moderna.

Desarrolló tratados filosóficos universales en la época de la Ilustración, movimiento cultural e intelectual, del que se convertiría en su más importante representante en la Alemania del siglo XVIII.

Primeros años de Kant

Nació en la ciudad de Könisberg (Prusia oriental) actual territorio ruso, el 22 de abril de 1724 y murió en la misma localidad el 12 de febrero de 1804. Su padre, Johann Georg Kant era artesano y su madre, Anna Regina Reuter era la hija de un fabricante de sillas de montar a caballo.

Su educación fue predominantemente pietista lo que le formó bajo el imperio de la humildad y la devoción religiosa, dedicada a la formación del hombre con castigos disciplinarios en favor del cumplimiento de leyes al servicio de la religión.

Estudios universitarios

En 1740, a la edad de 16 años comenzó sus estudios de filosofía en la universidad de Köonigsberg. Allí, se inclinó por el estudio de las teorías de otros filósofos y teólogos reconocidos como fueron: Leibniz y Wolff, quien influiría en las tesis racionalistas de su juventud.

De la mano de su profesor Martin Knutzen, Kant comenzó el estudio de las teorías de Isaac Newton, célebre matemático, teólogo y físico británico, desde el cual Kant consideraría el conocimiento sintético a priori y su visión mecanicista del mundo natural.

En 1746, sus estudios universitarios se suspendieron tras la muerte de su padre, sin embargo, siguió investigando y estudiando por motivación propia.

Filosofía de Kant

La filosofía kantiana está influida por varias corrientes de pensamiento como las disertaciones racionalistas de Wollf, el conocimiento a priori de Newton y el valor de la moral y del mundo del espíritu de Rosseau.

Su filosofía se considera moderna pues logró entrelazar y relacionar todas las corrientes predominantes de su época: El Racionalismo, el Empirismo y la Ilustración.

Para Kant, el conocimiento se suscribe a los sentidos, es decir, tienen su límite y permanencia en ellos. Más allá de los fenómenos no racionales, el conocimiento se difumina, llegando a ser imposible de tratar científicamente, lo que determina que la metafísica para Kant no puede ser considerada como ciencia o como conocimiento racional posible.

La razón en Kant es la guía más precisa para el ordenamiento de la realidad y de la práctica moral, así como también, la consideración de los objetos sólo desde nuestras condiciones que hacen posible el conocimiento de ellos.

De la misma forma en la que Kant recurre al estudio de la razón, en sus obras son igualmente recurrentes los siguientes elementos:

Ética

Kant pretendía crear una ética universal que fuese válida para todos los seres humanos. La ética para Kant debe ser formal, universal y racional.

En ella usa el imperativo categórico que consiste que las decisiones humanas serán tomadas bajo criterio grupal de lo que es correcto o no, tomando en cuenta que cada ser humano debería actuar como cree que deberían actuar los demás seres humanos.

Moral

Para Kant las acciones son morales cuando responden a un deber de la conciencia individual, sin tomar en cuenta otras consideraciones como la conveniencia u oportunidad. Entonces, las acciones puras de un hombre serán su respuesta ante el deber, que puede ser por respeto a la ley.

Asimismo, en la moral distingue tres tipos de acciones: Las contrarias al deber, las conformes al deber y las acciones por deber (valor moral).

Religión

Para Kant pensar en Dios y demostrar su existencia es imposible desde el conocimiento racional, sin embargo, deja abierto su estudio desde la fe moral.

Kant no niega la existencia de Dios, en todo caso, niega que la razón humana pueda llegar a trascender hasta estos entes. Por ello, cualquier pensamiento de afirmación o negación es nebuloso e impreciso.

Obras de Immanuel Kant

En 1749, publicó su primera obra de filosofía llamada Meditaciones sobre la verdadera estimación de las fuerzas vivas.

Llegó a ser profesor en la universidad de Königsberg, allí impartió clases de metafísica en 1755, ese mismo año y, luego de varias publicaciones de tipo científico, publicó anónimamente Historia general de la naturaleza y teoría del cielo.

Sus obras se fueron especializando en el terreno filosófico y en 1762 publicó La falsa sutileza de las cuatro figuras del silogismo y, en 1763, El único fundamento posible de una demostración de la existencia de Dios, en el que se cuestiona el argumento filosófico acerca de la existencia de Dios y su necesaria creencia en el plano moral.

Crítica de la Razón Pura

En 1781, después de diez años sin anunciar ninguna obra, publicó el que se considera uno de los tratados más importantes en la historia de la filosofía: Crítica de la Razón Pura, en el que se hablaba de las condiciones epistémicas del conocimiento humano y los límites del ejercicio de la razón.

Para Kant la razón es legítima cuando se limita al conocimiento de objetos empíricos, es decir, aquellos objetos que se presentan en nuestra experiencia diaria, sin embargo, cuando la razón es utilizada en objetos no físicos o psíquicos, puede dar lugar a contradicciones y absurdos, pues en estos fenómenos la razón no posee un plano certero.

El libro de unas ochocientas páginas casi pasa desapercibido en su primera edición, la gente de aquel momento no estaba preparada para entender su tesis y, por ello, a la obra no se le concedió la importancia que merecía.

En 1787, Kant publicó una segunda edición de Crítica a la razón pura, en la que revisó a profundidad algunos aspectos de su tratado filosófico más trascendental.

En 1788, publicaría Crítica a la razón práctica, donde aplica sus disertaciones filosóficas a la moral y en 1790 Crítica del juicio, tratado que se enfoca en la estética (la belleza) y la teología (Dios, el bien supremo).