Miguel Hidalgo y Costilla es reconocido por ser una de las figuras más importantes de la historia mexicana y por ser considerado el padre de la patria tras haberse pronunciado con el Grito de Dolores el 16 de septiembre de 1810, acto que dio inicio a los enfrentamientos armados por la independencia de México.
Hidalgo y Costilla fue un sacerdote novohispano que se caracterizó por tener un ideal avanzado de justicia y de mejores condiciones de vida, por los cuales trabajó arduamente en su parroquia en la población de Dolores.
De allí que fuese considerado un líder en el alzamiento armado en la lucha contra el colonialismo, el cual se basaba en la justicia social y no en la obtención de un cargo o poder político.
Primeros años de Miguel Hidalgo y Costilla
Miguel Gregorio Antonio Ignacio Hidalgo y Costilla Gallaga Mandarte y Villaseñor, nació el 8 de mayo de 1753 en la Hacienda de Corralejo, en Pénjamo, actual estado de Guanajuato.
Fue el segundo de los cuatro hijos que tuvieron sus padres, don Cristóbal Hidalgo y Costilla y doña Ana María Gallaga Mandarte, quienes formaban parte de una acomodada familia criolla.
En 1765, cuando Hidalgo y Costilla contaba con 12 años de edad, fue enviado a estudiar junto con su hermano mayor en el Colegio de San Nicolás Obispo, dirigido por jesuitas, ahora Universidad Michoacán de San Nicolás de Hidalgo, en Valladolid (actual Morelia).
En dicha institución Hidalgo y Costilla estudió, junto con su hermano, hasta el año 1767. Luego, se marchó hasta Ciudad de México para cursar estudios superiores y recibir una licenciatura en teología y filosofía en el año 1773, que le permitió ser catedrático del Colegio de San Nicolás, donde ya había estudiado. Posteriormente, en el año 1778, se ordenó como sacerdote.
Miguel Hidalgo y Costilla se caracterizó por ser una persona con amplios conocimientos y capacidad intelectual, hablaba varios idiomas, así como lenguas indígenas.
Además, tenía una amplia biblioteca y lecturas que trataban diversos ideales políticos e, incluso, contrarios a la religión. De allí que sus conocimientos le valieran para obtener el cargo de rector del Colegio de San Nicolás en el año 1788.
En el año 1803, Hidalgo y Costilla tomó el puesto de sacerdote en el pueblo de Dolores, Guanajuato, cargo que ya había ocupado su hermano mayor, que había fallecido. Como sacerdote, se destacó por ser un hombre que ejerció de manera dedicada y con entusiasmo su magisterio eclesiástico.
Hidalgo y Costilla fue un sacerdote que se preocupó por mejorar las condiciones de vida de sus feligreses, en su mayoría indígenas y campesinos, por lo que promovió el cultivo de viñas, la apicultura y el trabajo en los hornos de ladrillos y las fábricas de lozas, entre otros.
Grito de Dolores
En el año 1808, Napoleón Bonaparte y sus tropas invadieron España. Los franceses depusieron tanto al rey Carlos IV como a su hijo Fernando VII, lo que generó revuelo en las colonias españolas en América y dio inicio a la conformación de grupos con ideales independentistas.
Esto condujo a que en el año 1808 se viviera en México una crisis política y se produjera el derrocamiento del virrey José de Iturrigaray.
Luego, en el año 1809, se conformó la Conjura de Valladolid, cuya finalidad era instaurar una junta de gobierno para regir Nueva España durante la ausencia del rey Fernando VII, pero fue descubierta y sus integrantes fueron encarcelados.
Por otra parte, en Querétaro también se estaba gestando una conspiración para derrocar al virrey Francisco Javier Venegas de Saavedra y liberar al pueblo de Nueva España del dominio español.
La Conspiración de Querétaro fue organizada por Miguel Domínguez junto a su esposa Josefa Ortiz de Domínguez, a quienes se les unieron Ignacio Allende, Juan Aldama, Mariano Abasolo y, finalmente, Miguel Hidalgo y Costilla, entre otros.
Sin embargo, el virrey Francisco Javier Venegas ya había sido informado de dicha conspiración, por lo que solicitó el arresto de los involucrados, quienes, por suerte, lograron ser avisados a tiempo y pudieron escapar.
Ignacio Allende fue hasta Dolores y se reunió con Hidalgo y Costilla el 16 de septiembre de 1810. Esa madrugada, el sacerdote novohispano tomó el estandarte de la Virgen de Guadalupe, y convocó una misa a la que asistieron numerosos feligreses e hizo un llamado a los ciudadanos a luchar por la libertad y en contra del colonialismo.
A este llamado se le conoce como Grito de Dolores, y es considerado como el inicio formal de la lucha armada por la independencia de México y una de las primeras revueltas en América por la libertad de los pueblos colonizados. “Viva nuestra madre santísima de Guadalupe! ¡Viva Fernando VII y muera el mal gobierno!”.
Primeras victorias
Miguel Hidalgo y Costilla fue parte de los hombres que iniciaron la lucha por la independencia mexicana, junto a Allende, Aldama y Abasolo y miles de soldados compuestos por artesanos y campesinos.
De esta manera, pronto logró la victoria en las ciudades de Celaya, Salamanca, Irapuato, Acámbaro y Silao, en las cuales encontró escasa resistencia y un gran apoyo por parte de los campesinos, trabajadores y los ciudadanos en general, que se fueron sumando al movimiento de por la libertad.
El 28 de septiembre de 1810, Miguel Hidalgo y Castillo dirigió la toma de la alhóndiga de Granaditas, en Guanajuato, y se enfrentó al intendente Juan Antonio Riaño, quien murió en combate.
Este acontecimiento se caracterizó por ser altamente violento. Las personas adineradas que se habían refugiado en la alhóndiga de Granaditas fueron asesinadas por el ejército insurgente comandado por Aldama y Allende.
Tras este acontecimiento, muchos dejaron de seguir al sacerdote Hidalgo y Costilla, que también fue excomulgado de la Iglesia católica, ya que los obispos no aprobaron tales hechos violentos y tampoco compartían sus ideales de libertad ni de regresarle las tierras a los indígenas y campesinos.
El 17 de octubre de ese mismo año, las tropas de Hidalgo y Costilla habían tomado la ciudad de Valladolid, y el día 25 tomaron Toluca. Durante estos enfrentamientos se unió un nuevo integrante y exalumno, llamado José María Morelos, quien tiempo después sería el sucesor de Hidalgo y Costilla y fiel luchador por la libertad e independencia de México.
Continuando con el objetivo de llegar hasta Ciudad de México, el 30 de octubre de 1810, el sacerdote novohispano obtuvo otra victoria en la batalla del monte de las Cruces, en la que su ejército venció a las tropas realistas dirigidas por Torcuato Trujillo, quien había sido enviado bajo las órdenes del virrey Francisco Javier Venegas.
Error de Miguel Hidalgo y Costilla
Tras la victoria en el monte de las Cruces, Allende le sugirió a Hidalgo y Costilla que atacase Ciudad de México; sin embargo, este ignoró tal consejo. Después, ambos líderes se separaron por poco tiempo.
Hidalgo y Costilla fue vencido el 7 de noviembre en Aculco por el mariscal Félix María Calleja. Tras la derrota, Hidalgo regresó a Valladolid y de ahí se trasladó hasta Guadalajara, donde el 22 de noviembre declaró la independencia, decretó la abolición de la esclavitud, la restitución de las tierras y formó un gobierno provisional.
No obstante, el 17 de enero de 1811 se llevó a cabo la batalla del puente de Calderón, en la cual las tropas de Hidalgo y Costilla fueron vencidas por el ejército realista liderado por Calleja.
Como consecuencia de sus errores, sus compañeros insurgentes lo depusieron de su puesto, razón por la cual huyó hasta Aguascalientes y Zacatecas, su intención era llegar a Estados Unidos.
Sin embargo, Hidalgo y Castillo fue traicionado y capturado por Ignacio Elizondo, un realista que fungía como espía del virreinato, el 21 de mayo de 1811, junto con sus compañeros Allende y Aldama.
Ejecución de Miguel Hidalgo y Costilla
Tras su captura, Miguel Hidalgo y Costilla fue trasladado a Chihuahua, donde fue juzgado, expulsado de las órdenes sacerdotales y condenado a muerte. Su fusilamiento se llevó a cabo el 30 de julio de 1811. Días antes ya habían dado muerte tanto a Allende como a Aldama.
Finalmente, el cuerpo de Hidalgo y Costilla fue enterrado en la capilla de San Antonio de Asís, en Chihuahua. Su cabeza, junto con la de Ignacio Allende y Juan Aldama, fue enviada a Guanajuato y colocada en la alhóndiga de Granaditas, en una jaula de hierro, donde fue exhibida por varios años.
Desde 1925, sus restos reposan en el Monumento de la Independencia, popularmente conocido como el Ángel de la Independencia.
Tras su muerte, la lucha por la independencia de México continuó por varios años. A Hidalgo le siguieron importantes figuras como Ignacio López Rayón, José María Morelos y Agustín de Iturbide. Una vez instaurada la República de México, el estado de Hidalgo fue bautizado con su nombre y la ciudad de Dolores ahora se llama Dolores Hidalgo.
En México, se celebra cada 16 de septiembre el día de la Independencia de México, data histórica en la que se recuerdan los ideales de justicia, ética, valentía y pasión con los cuales luchó Miguel Hidalgo y Costilla por la libertad, justicia social e independencia de su país, de allí que se le considere como padre de la patria.
Vea también