Napoleón Bonaparte

Adriana Morales
Adriana Morales
Licenciada en Letras

Napoleón Bonaparte es reconocido como una de las figuras militares y políticas más importantes de Francia y del resto de Europa. Sus logros como destacado general republicano de la Revolución francesa lo llevaron a destacarse como el primer Cónsul y Emperador de Francia.

Primeros años

Napoleone di Buonaparte (Napoleón Bonaparte) nació el 15 de agosto de 1769, en Ajaccio, isla de Córcega, en el seno de una familia noble. Sus padres fueron Carlo Buonaparte y Letizia Ramolino, quienes tuvieron en total ocho hijos, cinco varones: José, Napoleón, Lucien, Luis y Jerónimo, y tres niñas: Elisa, Paulina y Carolina.

El nombre de Napoleón inicialmente estaba escrito en italiano, ya que un año antes de su nacimiento la isla había sido comprada por Francia a la República de Génova. Sin embargo, luego lo cambio al idioma francés. Bonaparte se caracterizó por hablar francés con un marcado acento italiano que siempre le acompañó.

A los diez años edad y por órdenes de su padre, Napoleón y su hermano José fueron enviados a estudiar en Francia en la Academia militar Brienne-le Château. Se destacó como un buen estudiante de Matemáticas y Geografía, asimismo, se diferenciaba del resto gracias a su capacidad de liderazgo.

En 1784 se graduó y continuó sus estudios en París, en la École Royale Militaire, una destacada academia militar donde estudió artillería y se graduó en 1785 con el título de oficial a los 16 años de edad. En enero de 1786 Bonaparte asistió a su primer combate como teniente segundo de artillería en Valence.

Primeras campañas militares

La Revolución francesa se inició en mayo de 1789. Para entonces Napoleón se encontraba en Córcega tras el fallecimiento de su padre. Estando en la isla formó parte de la facción francesa a fin de apoyar la revolución como comandante segundo de la Guardia Nacional de Voluntarios.

En ese momento se enemistó con el líder Pasquale Paoli, quien defendía la independencia de la isla de Córcega, razón por la cual su familia se vio obligada a huir para Francia en 1793.

Ese mismo año Napoleón recibe el apoyo de Agustín Robespierre y se incorporó como comandante de artillería en la fortaleza de Tolón, Allí demostró sus capacidades y determinación para desarrollar estrategias de ataque con las que logró la victoria y fue ascendido como general de brigada. De esta manera le fue asignada una misión secreta en Génova (Italia) en 1794.

Luego, Maximilien Robespierre, destacado político francés jacobino, cae y Napoleón es visto como un sospechoso de tal acontecimiento dada su amistad con Agustín Robespierre, hermano menor de Maximilien. Por esa razón estuvo preso durante dos semanas, hasta que fue liberado con la ayuda de su amigo Salicetti y por falta de pruebas en su contra.

En 1795, Bonaparte fue asignado para dirigir un ejército en defensa de la Convención en el Palacio de Tullerías (periodo de la Revolución francesa que inició en julio de 1794 con la caída de Robespierre, y culminó en octubre de 1795). Dicha victoria le dio poder en el nuevo orden político francés conocido como Directorio.

Matrimonios

Napoleón II
Retrato de Napoleón II, hijo del Emperador Napoleón I y la Archiduquesa María Luisa de Austria. Obra del pintor Moritz Michael Daffinger.

En el año 1795 Bonaparte conoció a Josefina de Beauharnais, viuda del vizconde Alejandro de Beauharnais, quien fue muerto en la guillotina por los jacobinos. Josefina había nacido en Martinica y tenía dos hijos, Hortensia y Eugenio, junto a su fallecido esposo.

Para entonces Josefina era amante de Paul Barras, líder y defensor del Directorio, y Bonaparte se desempeñaba como General en Jefe del ejército interior. Aunque Josefina era cinco años mayor que él, este declaró sentir un afecto profundo por ella, por lo que le propuso matrimonio y se casaron en marzo de 1796.

Tras varios años de matrimonio y diversos desencuentros e infidelidades de ambas partes, el matrimonio llegó a su fin a causa de que Josefina no podía quedar embarazada y darle un heredero. Por tanto, se divorciaron en enero de 1810.

En 1811 Napoleón se casó con la Archiduquesa María Luisa de Austria, con quien tuvo un hijo legítimo conocido como Napoleón II de Francia. Sin embargo, su vida fue corta y murió durante su juventud en 1832, por lo que no llegó a sustituir a su padre con el título de Emperador.

Por otra parte, Bonaparte tuvo dos hijos ilegítimos antes de este matrimonio. Uno de ellos fue fruto del romance que mantuvo con la condesa polaca María Walewska en 1806.

Logros militares

Campaña militar en Italia (1796-1797)

Batalla de Arcole
Napoleón liderando a sus tropas en la Batalla del puente de Arcole, obra de Horace Vernet, (1826).

Tras el éxito en la defensa de la Convención en el Palacio de las Tullerías, Bonaparte obtuvo buena fama y poder en el Directorio, liderado por Paul Barras. Este le encomendó dirigir el mando del Ejército francés en 1796, en la campaña militar sobre Italia, zona que estaba desasistida.

Napoleón y su ejército se enfrentaron contra los austriacos y piamonteses. Ganó la batalla en Lombardía y derrotó los Estados Pontificios (territorios bajo el mando del papa). En 1797, Bonaparte derrotó a cuatro generales austriacos y obligó a Austria a firmar el Tratado de Campo Formio, por lo que Francia obtuvo el control de la zona norte de Italia, Lodi, Arcole y Rivoli, .

Luego, Bonaparte y su ejército ocuparon Venecia y organizó la República Cisalpina, que reunía a todos los territorios italianos bajo el dominio francés.

Estos logros hicieron de Bonaparte una figura política influyente en Francia, por lo que el 4 de septiembre de 1797 dio un golpe de estado para derrocar a los realistas y devolver el poder al Directorio. A su regreso a París en diciembre de ese año, Napoleón fue recibido como héroe.

Expedición a Egipto (1798-1799)

Napoleón Bonaparte destacaba por su inteligencia. Aplicaba sus conocimientos militares para desarrollar nuevas técnica de combate y movilización de artillería. También aplicó técnicas de espionaje que le valieron ganar diversos enfrentamientos en contra de sus enemigos.

Además, gozaba de un gran ímpetu luchador autónomo y contaba con el apoyo de sus soldados, por lo que se le consideraba un héroe.

Esto inquietó a los líderes del Directorio, quienes en 1798 aprobaron la expedición propuesta por Bonaparte para colonizar Egipto y proteger los intereses comerciales de Francia. Para entonces, Egipto era provincia otomana y la ruta de Gran Bretaña a la India. De esta manera, Bonaparte estaría fuera de Francia y alejado del poder.

La ambición de Bonaparte le llevó a ejecutar brutalmente su expedición en Egipto. Tras sangrientos enfrentamientos, sus soldados quedaron muy debilitados, más allá de las victorias logradas, por lo que no logró expandir más su lucha.

Por otra parte, en Europa la coalición monárquica había conquistado los territorios italianos y en Francia se vivía una difícil situación política. Bonaparte decide volver e imponer el orden con la ayuda del ejército. En agosto de 1799 se embarca de regreso dejando a sus tropas en Egipto.

Periodo revolucionario

Con el apoyo del Directorio, Bonaparte llegó a Francia, donde se había experimentado una serie de derrotas por parte de la Segunda Coalición (unión de varios países europeos que estaban en contra de Francia y sus invasiones).

Cuando Bonaparte llegó a París la situación política había mejorado, pero el Directorio había perdido popularidad debido a diversos actos de corrupción.

Primer Cónsul

Napoleón, primer Cónsul
Napoleón Bonaparte Primer Cónsul, del pintor Francois Gérard, (1803).

Los miembros del Directorio, Emmanuel Joseph Sieyès, Roger Ducos y Talleyrand, y su hermano Lucien Bonaparte respaldaron a Napoleón Bonaparte para realizar el golpe de Estado el 9 de noviembre de 1799 o 18 de Brumario (según el calendario republicano francés).

Los días 9 y 10 de noviembre Napoleón y sus tropas, con el apoyo del pueblo, tomaron el control de los consejos legislativos y ejecutivos. Sieyès, Ducos y Napoleón quedaron como cónsules provisionales y cabezas del gobierno.

No obstante, Napoleón se apresuró y redactó la Constitución del Año VIII, aprobada en diciembre de 1799, que le aseguraba su reelección, lo que lo convirtió en el hombre más poderoso de Francia.

Como cónsul Bonaparte se destacó como legislador por realizar una serie de reformas y cambios importantes que demostraron su preocupación por la diplomacia, política y bienestar de su país como:

  • Centralización de los poderes administrativos.
  • Creó un banco central.
  • Fueron establecidos un nuevo Código Tributario, Código de Comercio y Código Penal.
  • Implementó la educación superior.
  • Estableció un nuevo orden judicial y códigos civiles conocidos como Código Napoleónico.
  • Estableció un sistema de carreteras y cloacas.
  • Logró reestablecer el orden católico y religioso con su régimen y el pueblo a través del concordato.

Esta época se caracterizó por seguir con importantes logros en el extranjero. En 1800 Bonaparte alcanzó otra vez el dominio sobre los territorios de Italia ocupada por los austriacos durante su campaña en Egipto, con el triunfo de la batalla de Marengo y la firma del tratado de paz de Lunéville.

Asimismo, también firmó del Tratado de Amiens en 1802 para lograr la paz entre Francia y Reino Unido. Su poder creció con la Constitución del Año X, aprobada en 1802, que lo consagró como Primer Cónsul Vitalicio. Siguió trabajando en función de recuperar financieramente a Francia del déficit que habían dejado los continuos enfrentamientos durante la Revolución francesa.

Vea también Revolución francesa.

Imperio napoleónico

Coronación de Napoleón
Coronación del emperador Napoleón I y Coronación de la Emperatriz Josefina en la catedral de Notre-Dame de París, el 2 de diciembre de 1804. Obra de los pintores Jacques-Louis David y George Ruget, (1805-1807).

Durante el tiempo que Napoleón Bonaparte se desempeñó como Cónsul de Francia tuvo que hacer frente a diversos hechos de conspiración en su contra y acabar con la oposición de la política.

Decidió proclamarse "Emperador de Francia", tras el consejo recibido por Joseph Fouché y el intento de complot ejecutado por el duque Enghien, emparentado con los depuestos Borbones, quien deseaba restaurar la monarquía en Francia.

De esta manera, el 2 de diciembre de 1804, en la catedral de Notre-Dame, Napoleón se proclamó Emperador de Francia y se colocó a sí mismo la corona y luego a su entonces esposa, Josefina.

Tras su proclamación como Emperador de Francia, Napoleón inició un proceso de guerras conocidas como guerras napoleónicas o guerras de la coalición, en contra de las monarquías que se habían aliado en contra de Francia en varias ocasiones.

Batalla de Trafalgar. Bonaparte
Representación de la batalla de Trafalgar, del pintor Auguste Étienne Francois Mayer, (1836).

Gran Bretaña no deseaba la paz, y en 1803 dio inicio a la guerra naval en contra de los franceses. Sin embargo, no fue hasta 1805 que Francia tuvo que enfrentarse a la Tercera Coalición constituida por Gran Bretaña, Austria, Rusia, Nápoles y Suecia.

Ya que los franceses no contaban con la flota necesaria para atacar a Gran Bretaña por el canal de la Mancha, se vio en la necesidad de obligar a España a declararle la guerra a los británicos en diciembre de 1804. Sin embargo, el plan fracasó y Bonaparte perdió la batalla de Trafalgar en 1805.

En ese mismo año se llevaron a cabo otras dos batallas exitosas: la Batalla de Ulm contra el ejército austriaco, y la batalla de Austerlitz, en la que enfrentó las fuerzas del zar ruso Alejandro I y al emperador austriaco Francisco I. La victoria fue definitiva para Napoleón, quien derrotó la Tercera Coalición.

Batalla de Austerlitz. Bonaparte
Batalla de Austerlitz, 02 de diciembre 1805, del pintor Francois Gérard, (1810)

A continuación, Bonaparte siguió con la expansión de su imperio hacia el este de Europa. Nombró a su hermano José rey de Italia tras conquistar el reino de Nápoles, y fundó el reino de Holanda, dirigido por su hermano Luis.

Asimismo reorganizó el mapa de Alemania, estableció la Confederación del Rin (estados clientes del Imperio francés), y derrotó la Cuarta Coalición formada entre Prusia y Rusia. Incluso, fue derrotada una Quinta Coalición en contra de Bonaparte.

Así se fue consolidando el poderío del imperio napoleónico en Europa que destacaba por contar con el “Gran ejército” y la capacidad de mando de Napoleón Bonaparte.

Todo el territorio bajo su dominio adoptaba sus códigos y políticas, no se imponía un culto religioso y, aunque desaparecía el feudalismo por otra parte se acrecentaban las diferencias sociales con la nueva burguesía.

Invasión a España

Napoleón Bonaparte quiso llevar a cabo el bloqueo comercial de Gran Bretaña. Para eso necesitaba contar con el apoyo de España y Portugal. Este último no quiso apoyar al Imperio francés, por lo que Napoleón tuvo que aliarse con España para invadir Portugal.

Esto lo llevó a invadir diferentes ciudades y destituir la monarquía española, por lo que colocó a su hermano José en el trono, quien fue sustituido en Italia, a su vez, por Joachim Murat. Aun así, no logró invadir a Portugal.

Esta situación dio inicio a la Guerra de Independencia Española entre los ejércitos de Francia y España. Estos enfrentamientos conllevaron a importantes gastos económicos y al agotamiento continuo de las tropas francesas que se extendió hasta, aproximadamente, el año 1814.

Las abdicaciones de los reyes Carlos IV y Fernando VII tras el poderío de Bonaparte, tuvieron incidencias en las colonias españolas de América, donde ya se iniciaban los movimientos independentistas.

Decadencia del Imperio napoleónico

Napoleón abdicado
Napoleón Bonaparte abdicado en Fontainebleau, del pintor Paul Delaroche, (1845).

Entre 1812 y 1813 tuvieron lugar una serie de enfrentamientos armados entre las fuerzas rusas y francesas. Napoleón dirigió a un ejército compuesto por más de medio millón de soldados, quienes se enfrentaron al ejército del zar Alejandro I en los territorios rusos.

Tras una serie de pequeñas victorias como las de Smolensko y Borodino, las tropas francesas se vieron gravemente afectadas a medida que se acercaban a Moscú. El número de soldados se reducía por causa de los enfrentamientos, el fuerte invierno y la falta de alimentos (táctica de ataque de los rusos).

Esta situación conllevó a la retirada de las tropas francesas con escasos soldados. De esta manera Napoleón y sus hombres llegaron a Alemania, y en el mes de agosto de 1813 se llevó a cabo la batalla de Dresde, en la cual salió victorioso Napoleón.

Tras su fracaso en Rusia se formó una nueva Coalición en su contra, esta vez formada por Gran Bretaña, Rusia, Prusia, Austria, Portugal, España y Suecia. En octubre de ese mismo año se desarrolló la batalla de las Naciones en Leipzig, en la que los franceses fueron derrotados.

Tras esta dura derrota, las tropas de Napoleón se encontraban debilitadas y reducidas en gran número, por lo que la Coalición logró invadir París en marzo de 1813. En abril Bonaparte tuvo que firmar el tratado de Fontainebleau donde solo se le dio soberanía sobre la pequeña isla Elba ubicada en la costa italiana.

De esta manera se fue reestableciendo el orden en Europa, y el trono en Francia fue nuevamente tomado por los Borbones con la figura de Luis XVIII, quienes habían sido destituidos durante la Revolución francesa.

Muerte de Napoleón Bonaparte

Napoleón Bonaparte en Santa Elena
Napoleón Bonaparte en la isla de Santa Elena, del pintor Franz Josef Sandmann.

En marzo de 1815, Napoleón logró retomar el Imperio francés por cien días. En junio de ese mismo año, y tras reunir soldados y veteranos que lo apoyaban al estar en descontento con los nuevos líderes políticos, lo siguieron en su llamado a enfrentar a los aliados en Bélgica en la batalla de Waterloo. La derrota fue inminente y tuvo que abdicar al segundo y breve periodo imperial.

De esta manera, Napoleón se entregó a las fuerzas británicas que lo deportaron a un islote llamado Santa Elena, en el Atlántico, en el mes de julio. Allí escribió sus memorias, describiéndose como quería ser recordado.

Napoleón falleció el 5 de mayo de 1821. Sus restos fueron repatriados en 1840 a Francia y depositados en Les Invalides, en París.

Su figura, logros y derrotas marcaron un antes y un después en la historia europea y de la humanidad. Ha sido inspiración para la creación de diversas obras y ha causado fascinación en muchos otros.